domingo, 7 de enero de 2007

Calor de una noche de diciembre, resaca de enero


Despúes de las fechas navideñas, llega el momento de expresar los buenos nuevos propósitos para el año entrante.
Las opciones que generalmente barajamos son:


  • realizar nuevas actividades, como por ejemplo, apuntarnos al gimnasio o aprender inglés.

  • mejorar nuestros comportamientos: ser puntuales, más responsables, etc.

  • tener dinero con el que poder conseguir todos los caprichos: casa, coche, viajes, joyas...

  • encontrar a nuestra media naranja.

  • encontrar trabajo o mejorar el que se tiene en la actualidad.

Y así una tras otra, hasta por último acordanos que para poder gozar de todas ellas es necesario tener salud.


Sin embargo, no siempre nos acordamos de disfrutar de las pequeñas cosas y que sin ellas no podríamos plantearnos estas otras y poder gozar de ellas.


Por último, en estas fechas nuestros corazones parece que se ablandan y son más sensibles. Lo preocupante es que está situación se nos olvida que deberíamos mantenerla durante el resto del año.

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